Los acontecimientos de los últimos años, incluido el genocidio de Israel en Gaza, significan un cambio cualitativo en el orden mundial dominado por Estados Unidos. El imperialismo ha iniciado su transformación hacia una nueva etapa: el hiperimperialismo. Se trata de un imperialismo llevado a cabo de forma exagerada y cinética, aunque también sujeto a las limitaciones que el imperio en declive se ha impuesto a sí mismo. Es más peligroso, con el bloque militar liderado por EE. UU. que representa más de 2 billones de dólares de gasto militar.
El quinto estudio de la serie Mujeres de lucha, mujeres en lucha, aborda la vida y las luchas políticas de Josie Mpama (1903-1979), líder de la resistencia contra la opresión colonial y el apartheid en Sudáfrica. Figura central del Partido Comunista de Sudáfrica, Josie nos enseña la importancia de la organización de base y de masas. Como tantas mujeres involucradas en la política de izquierda, especialmente en el Sur Global, las extraordinarias contribuciones políticas y perspicacia teórica de Josie poco aparecen en el registro histórico dominante.
En los años transcurridos desde la Gran Crisis Financiera de 2008 han surgido importantes cambios a escala mundial. Esto puede verse en una nueva fase del imperialismo y las particularidades de ocho contradicciones, resumidas en nuestro último texto: thetricontinental.
Para encontrar las semillas de nuestros feminismos populares latinoamericanos actuales nos propusimos, junto a ALBA Movimientos, recuperar la historia de las luchas, resistencias, insurrecciones y sueños de revolución protagonizados por mujeres, lesbianas, travestis y trans, en distintas épocas, a lo largo y ancho de nuestra región. Seleccionadas y producidas por otras militantes feministas populares de nuestra América Latina y el Caribe, estos relatos recuperan procesos colectivos de desobediencia, de revolución, que hasta hoy nos inspiran, interpelan y transforman de manera permanente.
Aunque sólo existió durante 40 años, la República Democrática Alemana (RDA) fue capaz de construir un sistema de salud fundamentalmente diferente que garantizaba una mejora continua de la salud de la población. La RDA se basó en tradiciones médicas progresistas y en las relaciones de propiedad socialistas para eliminar el afán de lucro de la medicina y construir un sistema sanitario unitario que funcionaba en todos los sectores de la sociedad, desde barrios urbanos y aldeas rurales hasta centros de trabajo y escuelas.