Boletín 32 (2019): Debe haber huesos bajo el pavimento de la calle

Estimadxs amigos y amigas,

Saludos desde las oficinas del Instituto Tricontinental de Investigación Social.

El 6 de agosto de 1945, el ejército de Estados Unidos lanzó una bomba que contenía 64 kg de uranio-235 sobre la ciudad de Hiroshima (Japón). La bomba demoró poco más de 44 segundos en caer desde 9.400 metros y detonar a 580 metros sobre la Clínica Quirúrgica Shima. Más de 80.000 personas murieron instantáneamente. Esta fue la primera vez que se utilizó una bomba nuclear.

Satsuo Nakata, edificio Chugoku Shimbun, 10 de agosto de 1945

Cuatro días después, Satsuo Nakata llevó a la ciudad la cámara Leica de la Domei New Agency. Tomó treinta y dos fotografías de la devastación, cada una de ellas —archivadas en el Museo Memorial de la Paz de Hiroshima— es icónica. La fuerza de la bomba aplastó la ciudad, aunque detonó menos del 2% del uranio. Nakata tomó una foto de las oficinas del periódico Chugoku Shimbun y de la tienda de kimonos Odamasa. El metal de la tienda se curvó como un remolino. Es un signo de la potencia de esta arma. Como Toge Sankichi, un hibakusha (sobreviviente de la bomba atómica) y poeta, escribió sobre el poder y el impacto de la bomba, mientras el fuego ardía en una ciudad de 350.000 personas: “el único sonido: las alas de las moscas zumbando alrededor de los recipientes metálicos”.

Este junio pasado, una hibakusha de ochenta y cinco años, Ai Masuda, volvió a Hiroshima. Hace setenta y cuatro años Ai Masuda (entonces de 15 años) corrió a través de la ciudad en busca de su prima Harue (entonces de 13 años). “Harue”, dijo mientras miraba el río Motoyasu, “lamento no haber podido encontrarte”. Ai y Harue eran estudiantes en la Primera Escuela Municipal de Niñas de Hiroshima. Seiscientas sesenta y seis estudiantes, incluyendo a Harue, y diez profesorxs murieron en la explosión. “Todxs murieron una muerte tan cruel”, recordó Ai Masuda. “Me encontré observando escenas infernales”.

Shigemoto Yasuhiko también tenía 15 años ese día. Este haiku sobre Hiroshima congela el corazón:

El día de Hiroshima –

Creo que debe haber huesos

Bajo el pavimento de la calle.

Reservas Mundiales de Armas Nucleares, SIPRI

La semana pasada, Estados Unidos se retiró del tratado INF (Fuerzas Nucleares Intermedias, en inglés: Intermediate-Range Nuclear Forces) que ha estado vigente desde 1987. El INF es parte de una serie de tratados que —se espera— impedirán que se desate una guerra nuclear en el mundo. Para recordarnos los peligros de nuestros tiempos, el Reloj del Apocalipsis del Boletín de Científicos Atómicos está fijo en dos minutos para la medianoche. Para los científicos atómicos que diseñaron este reloj en 1945, en las postrimerías del ataque estadounidense sobre Hiroshima y Nagasaki, la “medianoche” representa el apocalipsis. Dos minutos para la medianoche es lo más cercano posible a la aniquilación. Cualquier cosa menos que eso nos pondría en el punto en que la bomba comienza su descenso a la tierra (un viaje que tomó menos de un minuto en 1945). La declaración del Boletín de enero dice que los peligros gemelos —el cambio climático y el conflicto nuclear— ponen “el futuro de la civilización en extraordinario peligro”.

La retirada del tratado INF es solo uno de los signos de peligro. Otro es que varias potencias nucleares, lideradas por Estados Unidos, han puesto sus armas nucleares en el centro de su estrategia militar una vez más, y han comenzado a gastar cantidades obscenas de dinero para modernizar sus fuerzas nucleares. EE.UU. planea gastar 50 mil millones por año por la próxima década, un 23% más que el estimado de 2017. Este aumento anual es equivalente al presupuesto militar total del Reino Unido, y es meramente para modernizar el arsenal nuclear estadounidense.

El Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por su sigla en inglés) ha publicado recientemente su Anuario SIPRI sobre armamento, desarme y seguridad internacional. Las fuerzas nucleares más poderosas del mundo se encuentran en Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte. El colapso del tratado INF es una señal del fin incluso de la pretensión de desarme nuclear. El Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares (TPNW, por su sigla en inglés), fue negociado en 2017, pero no ha sido ratificado. En este ambiente, es probable que no se lleve adelante, a pesar de los esfuerzos de la Campaña Internacional por la Abolición de las Armas Nucleares, que ganó el Premio Nobel de la Paz en 2017 por el TPNW.

Un clérigo iraní pasa junto a un mural en la pared de la antigua embajada de EE. UU. Teherán, febrero de 2007. Morteza Nikoubazl/Reuters

El Anuario SIPRI indica que Irán —que no tiene armas nucleares ni ha señalado aspiraciones a tenerlas— “continúa implementando el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC) de 2015”. El PAIC —también llamado “el acuerdo nuclear de Irán”— fue negociado por Irán, los cinco miembros permanentes de Consejo de Seguridad de la ONU (China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos), Alemania y la Unión Europea, y luego ratificado por las Naciones Unidas. En mayo, el gobierno estadounidense abandonó el acuerdo, que ponía restricciones al programa de energía nuclear de Irán. La retirada de EE.UU. desestabilizó la región, y el Boletín de Científicos Atómicos dijo que tanto la salida unilateral de EE.UU. del acuerdo con Irán como del INF son “pasos graves hacia un completo desmantelamiento del proceso global de control de armas”.

Aún así, el dedo que apunta a los culpables de la tensión en Asia Occidental parece dirigirse a Irán.

Nuestro dossier 19 del Instituto Tricontinental de Investigación Social (agosto 2019) ofrece una mirada a este conflicto desde una perspectiva iraní. Conversamos con Seyed Mohammad Marandi de la Universidad de Teherán, quien nos introdujo sucintamente a la situación dentro de Irán y la peligrosa guerra híbrida que se libra contra el país. Desde Teherán, Marandi dice que Irán no está aislado ni va a ser provocado para involucrarse en una guerra. Irán va a defender su soberanía y su derecho, pero lo hará de un modo sensato. Las sanciones unilaterales de EE.UU., dice, son ilegales; sin embargo, tienen un impacto solo debido a la hegemonía estadounidense sobre el sistema financiero y a la sumisión de los europeos. Todos los intentos europeos de salvar el PAIC, incluyendo el mecanismo INSTEX, han sido cautelosos (como indicó el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Mousavi). Estados Unidos ha estado presionando a las compañías navieras mediante la eliminación del registro de buques y la aplicación de controles aduaneros rigurosos a los barcos que vienen desde Irán. Una fuerza naval dirigida por EE.UU. en el estrecho de Ormuz está diseñada para aumentar la tensión.

Tales provocaciones, dice Marandi, son un signo de la debilidad de EE.UU., no de su fuerza. “Lo que evita que Estados Unidos ataque a Irán es definitivamente la fuerza interna de Irán”, dice, “y sus capacidades regionales, pero obviamente la estrecha relación de Irán con los rusos y chinos también fortalece el bando de Irán”. De estas “capacidades regionales”, Marandi debe tener en mente a Hezbolá, de Líbano. Hace algunas semanas, el secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah, definió el plan de su partido en caso de que Irán sea atacado:

Hassan Nasrallah en al-Manar, 12 de julio de 2019
Aquí hay un aspecto militar. Estados Unidos ha estado sumido en una guerra con Afganistán (el reciente artículo de Heela Najibullah expone las debilidades políticas del país, que probablemente permitirán al Talibán volver al poder). La guerra ilegal de EE.UU. contra Irak mostró la debilidad de su poder; Irán, con el doble de la población de Irak, será prácticamente imposible de someter. Incluso militarmente, dice Marandi, un misil iraní casero de 20.000 dólares derribó un dron estadounidense de 200 millones de dólares.
Una pareja iraní descansa sentada frente al misil tierra-tierra Zelzal mientras visitan una exposición que conmemora el aniversario de la guerra entre Irán e Irak (1980-1988) en una base militar del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria. Teherán, septiembre de 2011. Morteza Nikoubazl

El polvo que Donald Trump ha lanzado al viento hacia Irán ha enturbiado el pensamiento claro. De acuerdo al Tratado de No Proliferación Nuclear (1968), del cual Irán es signatario, Irán tiene derecho a enriquecer uranio para la generación de energía. Por las últimas dos décadas, EE.UU. ha insistido en que el intento de Irán de enriquecer uranio facilitará un programa de armas nucleares. Para hacer un arma nuclear se necesita uranio “apto para armas” o uranio altamente enriquecido (HEU, por su sigla en inglés). HEU se refiere a cualquier cosa con un 20% o más de uranio-235 y el “apto para armas” usualmente está enriquecido con un 90% de uranio-235. Lo que Irán tiene no califica ni siquiera para el HEU de más bajo nivel. Irán está actualmente en un 4,5%, muy por debajo de cualquier límite para un arma nuclear. La disputa entre Irán y EE.UU. no depende de las armas nucleares, depende de la negativa de EE.UU. a permitir que Irán tenga derecho a un programa de energía nuclear (que incluye el enriquecimiento).

Francamente, hay una gran discusión que debe darse sobre los peligros de la energía nuclear. Ya han sucedido tres peligrosos colapsos en plantas de energía nuclear: Three Mile Island, EE.UU. (1979); Chérnobil, URSS (1986); y Fukushima Daiichi, Japón (2011). También está el asunto de la toxicidad de la extracción de uranio, así como la toxicidad de los desechos radioactivos (incluyendo el agua contaminada). Pero este debate no puede restringirse a Irán, es un debate que debe incluir a Estados Unidos y Francia, quienes tienen el mayor número de plantas nucleares. Uno de cada cinco reactores en el planeta está en Estados Unidos; Francia domina a Níger como resultado del control de Orano sobre la ciudad de Arlit. Nosotrxs, en el Instituto Tricontinental de Investigación Social, estamos trabajando en unos Apuntes sobre las empresas de uranio del mundo. El “cartel del uranio” —Rio Tinto, Cameco, Orano (antes Areva), y Kazatomprom— son de especial interés para nosotrxs.

El gobierno de Trump ha sancionado al ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Javad Zarif, un diplomático sofisticado que fue el arquitecto del PAIC. Al intentar aislar a Zarif, Estados Unidos ha dicho que no le interesa el camino diplomático. Se trata de un hecho preocupante y debe condenarse rotundamente. Zarif, por su parte, simplemente dijo que Estados Unidos se está aislando.

Las imágenes del dossier fueron tomadas por Morteza Nikoubazl, fotógrafo establecido en Teherán.

En nuestro oídos tenemos la música del poeta iraní Abdolqasem Lahouti:

Az hič kasi komak nemiḵᵛāhim

kāfist do dast-e kāregar mā rā

No buscamos la ayuda de nadie

Las manos de los trabajadores son suficientes para nosotros.

Cordialmente, Vijay.