Estimados amigos y amigas

La tristeza y la lucha son el estado de ánimo en Yemen. Mis amigos yemenís, atrapados en medio de una guerra interminable, han tenido unos diez días particularmente terribles. Los aviones de Arabia Saudita atacaron otra boda en la que asesinaron a un importante líder político yemení. La ONU intenta recaudar fondos para atender a los 22 millones de yemenís que no pueden sobrevivir sin asistencia humanitaria. Mientras tanto, el nuevo Enviado Especial de la ONU deja su puesto en Siria, otra guerra implacable, para intentar llegar a un acuerdo político en Yemen. Esta es la guerra olvidada, la guerra en Yemen, con traficantes de armas occidentales ganando mucho dinero vendiendo municiones a los saudíes y a los emiratís que bombardean sin preocuparse por la estrategia. Más detalles de este párrafo pueden encontrarlos en mi informe en Alternet aquí.

La rendición no es familiar para el espíritu humano. La gente de Yemen continúa luchando por sobrevivir. La imagen de arriba es de una pintura mural hecha el año pasado por el artista yemení Haifa Subay (a quien pueden seguir en twitter: @haifasubay).

Los horrores de la guerra en Yemen y Siria parecen no tener fin. Una mirada hacia el este nos lleva a la Península de Corea, donde los dos líderes; del Norte (Kim Jong-un) y del Sur (Moon Jae-in) se reunirán hoy viernes. Estos dos países han estado en guerra desde 1950. Las amenazas de intercambio nuclear en la península son reales y peligrosas. En nuestro primer dossier de Tricontinental, revisamos los hechos básicos sobre la crisis en la península. En NewsClick esta semana, hago un breve recordatorio de lo que está en juego, así como de la política detrás del apretón de manos entre los dos líderes. Pueden leer el informe aquí.

Quien queda fuera de escena es Estados Unidos. Tiene 35.000 efectivos en Corea del Sur y 40.000 adicionales en Japón, así como navíos y aviones con armamento nuclear que rodean el asediado estado de Corea del Norte. A menos que esas amenazas sean eliminadas, es poco probable que se pueda negociar la paz en la península. Esperamos lo contrario.

En nuestros estados poscoloniales, la cuestión de los «derechos de las minorías» es muy delicada. Constituciones de grandes sentimientos defienden los derechos de las minorías, pero en la práctica estas partes del marco legal se dejan de lado. Se impone una violencia terrible a las comunidades minoritarias de uno u otro tipo, pero mayormente a las que viven en los límites de nuestros estados. En Pakistán, la cuestión del pueblo Pastún se puso de manifiesto cuando el Movimiento Pastún Tahafuz (MPT) se reunió en Lahore esta semana para una protesta masiva. Da sang azaadi da – que clase de libertad es esta- fue el cantar principal.

Las demandas del MPT -Tahafuz significa Protección- son: castigar al asesino de Naqeebullah Mehsud (asesinado en enero por el oficial de policía Rao Anwar), detener las ejecuciones extrajudiciales, dar cuenta de los desaparecidos, desmantelar la arquitectura de la Guerra contra el Terror que tortura a las personas que viven en la región noroeste de Pakistán y limpiar el área de minas terrestres peligrosas. Uno de los líderes del movimiento es Manzoor Pashteen, de 26 años, cuya fotografía arriba fue tomada en la manifestación de Lahore por Kahlid Mahmood. Pashteen ha sido memorablemente franco sobre la situación de los pueblos pastunes y las atrocidades del estado pakistaní, que ha actuado como ayudante de Occidente en su Guerra contra el Terror. Ya ha sido llamado el Frontier Gandhi de Pakistán, un homenaje a Khan Abdul Ghafar Khan, el gran líder pastún que dirigió a su pueblo contra el imperialismo británico. El ya ha galvanizado vastas secciones del público paquistaní para defender un futuro diferente. Esperemos que esta visión se cumpla.

Lo que los pastunes han experimentado en Pakistán es lo mismo que el pueblo Chakma ha experimentado en Bangladesh. Se trata de una comunidad que vive en Chittagong Hill Tracts. En 1964-1965 antes de que Bangladesh fuera separado de Pakistán, los chakmas empezaron a experimentar los límites del estado poscolonial. Fueron expulsados de sus tierras para la construcción de la represa Kaptai en el río Karnaphuli. Luego, enfrentaron persecución cultural y lingüística. Los intentos políticos de los Chakma les han ganado la ira del estado bangladesí. La periodista bangladesí Rahnuma Ahmed ha estado registrando las atrocidades contra el pueblo Chakma durante décadas, algunas de ellas fueron documentadas en su gran libro Tortured Truths (Verdades torturadas, traducción libre). Esta semana, Ranuma produjo un reportaje muy bien escrito sobre el secuestro y la liberación de dos activistas mujeres Monti Chakma y Doyasona Chakma. Les recomiendo mucho la lectura de este reportaje en New Age aquí. Abre la puerta para una comprensión del conflicto en Hill Tracts. Sigan el trabajo de Rahnuma en twitter @rahnumaahmed

En Sudáfrica, esta ha sido una semana de protestas. Comenzó con la concentración anual del Día de la No Libertad, de Abahlali baseMjondolo, en Durban. Este grupo, sobre el que escribí hace unos meses aquí, organiza a los trabajadores pobres para exigir su derecho a un lugar donde vivir y su derecho a la vida. En nuestro mundo, los trabajadores pobres apenas son tratados como seres humanos. Abahlali pasa su tiempo defendiendo ocupantes ilegales de los desalojos y organizando asambleas regulares de los pobres, donde ellos pueden moldear su propia idea de sociedad. El Día de la No Libertad es un evento político alineado con su trabajo para poner la visión de los pobres sobre la mesa. S’bu Zikode argumentó que la tierra no debe ser vista solo en el marco comercial, sino que debe ser considerada en términos sociales. Este es el tipo de lógica que necesita ser tomada en serio por los intelectuales y los hacedores de políticas públicas. Para leer más sobre la concentración del Día de la No Libertad por favor lean el artículo de Dennis Webster, un periodista de la nueva publicación periódica sudafricana The Frame (proximamente).

El miércoles, la Federación de Sindicatos de Sudáfrica (SAFTU por sus siglas en inglés) y sus aliados salieron a las calles en Sudáfrica contra la «reforma» de la legislación laboral. El derecho a la huelga está en cuestión. Las nuevas leyes, impulsadas por el nuevo presidente sudafricano Cyril Ramaphosa, están redactadas con astucia; empujando a los trabajadores a un interminable proceso de conciliación antes de que puedan hacer huelga (un calendario que garantiza desmoralizar a los trabajadores) y presionando a los sindicatos a llevar a cabo votaciones secretas. Una baja tasa de salario mínimo y un ataque a los derechos políticos de los trabajadores lideraron la huelga. El líder de SAFTU, Zwelinzima Vavi, anunció que, si el gobierno no aceptaba las demandas de los trabajadores, la federación haría una campaña para una huelga de dos días. Hay pocos indicios de que el gobierno conceda algo a estos trabajadores e incluso menos indicios de que otros sindicatos y partidos políticos de izquierda vayan a romper con el gobierno y se unan al pueblo. Este ha sido durante mucho tiempo un problema en Sudáfrica, esta necesidad de aferrarse al Congreso Nacional Africano, pese a su lenta separación de su historia de haber sido el partido de liberación nacional. Quizás la militancia de SAFTU y de otros sindicatos puedan enderezar la columna.

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Este es el mundo de la tristeza y la lucha. Mientras tanto, está el mundo de la corrupción y el poder. Dediqué algún tiempo la semana pasada a leer las memorias de James Comey, el antiguo jefe de la policía política de Estados Unidos (FBI). Fue parte de un reportaje que estaba hacienda sobre «transacciones espejo» y lavado de dinero que se han convertido en parte integral de los negocios internacionales. Los negocios de armas y de bienes raíces son lugares clave para estas transacciones espejo. Trump estaba -en lo que concierne a los investigadores norteamericanos y alemanes- muy metido en estos negocios. Estas investigaciones están en marcha con el Deutsche Bank en su núcleo. Tengo un informe preliminar de la cuestión de Trump, el Deutsche Bank y la corrupción en el nuevo número de Frontline, que pueden leer aquí.

Presten atención al hecho de que Yemen y Siria están en llamas, los trabajadores pobres en Sudáfrica luchan por ganarse la vida y las minorías en Pakistán y Bangladesh luchan por su dignidad, mientras miles de millones de dólares se desvían de los países en «transacciones espejo» para ingresarlos en las secciones oscuras del sistema bancario internacional. En el primer Documento de Trabajo de Tricontinental, yo sugerí que esto era parte de la huelga global de inversiones. Si Trump es hallado culpable o no, es solo una parte de la historia. La otra parte es la prevalencia de este tipo de corrupción, de esta forma de mendacidad rutinaria que estructura el mundo para empujar a la mayoría de la gente del planeta a la tristeza y a la lucha.

Cordialmente, Vijay

 

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